El llegar a
Aladrén no me hizo gracia. Entre los barrotes de mi jaula veía altos cerros y
árboles. No me gustan los cambios, cada cambio significa un nuevo comienzo y
los humanos con los cambios se olvidan de las buenas costumbres que tanto
cuesta inculcarles.
Pero lo que peor llevé
fue darme cuenta que también se traían a la perra ¿Para qué la necesitan? Nada.
Ahí estaba con su cara de boba persiguiendo el sofá. Por suerte mis cachorros
humanos, Gabriela y Victor, están muy
bien educados; inmediatamente instalaron
mi arena limpia en un lugar accesible, agua limpia y comida de esos sobres que
tanto me gustan, además, por mucho que cambiáramos de casa, el edredón de
Gabriela seguía oliendo a fresas.
El cambio iba
bien, mis cachorros humanos estaban felices, se fueron a una ermita con la
perra detrás. Pero los adultos, ¡Cómo cuesta educarlos!…me ha costado años para
que se acostumbren a no utilizar mi lado de la cama y que no me den de ese
pienso sólido y sin gracia, aparentemente tendría que volver a empezar, el
humano me dice “bola de pelo” y la humana “Kiara” obviamente, me llamo Kiara.
Desde la ventana
vi suficientes árboles para afilar mis uñas y revisé las ventanas por donde
podría salir fácilmente, así me quedo fuera maullando hasta que uno de los
humanos se rinde y me da la comida que yo quiero. Todo normal en el cambio de
una gata…hasta que me encontré con ella, el Hada Clara. Las hadas son especie de
“polillas” de colores hablantes.
-Hola.
Respondí por educación, pero estaba muy ocupada buscando ventanas.
-Me
llamo Clara, un hada cuenta cuentos ¿Vienen niños contigo? Hace mucho que no
tenemos niños en invierno…eso hace que sea
más frío, sabes…
-
Mis cachorros humanos han salido a ver una ermita con la perra, Kuki. Dije displicente.
-¡Un
perro, niños! Las demás estarán
encantadas…
Ante la posibilidad
de más “polillas molestas” la interrumpí. No sé si lo sabes, “Polilla”, pero
los gatos no hablamos, yo no converso, no lo necesito, no me interesa…busca a
Kuki, como es tonta es posible que se alegre y te haga caso.
El hada se quedó
callada y es que estos seres creen que por ser mágicos hay que alegrarse por
verlos, dar vueltas y tirar confeti ,en fin, vi que se fue por una ventana que
no había visto y yo me quedé en casa revisando las cajas…no encontraba mi comida. En eso
descubrí una escalera un tanto oculta, muy baja para un humano…el olor no me
gusto, pero el túnel estaba demasiado cerca del cuarto de los niños, así que no
tuve otra opción que explorar. No le tengo miedo a los ratones, ellos huyen de
mi, pero sé que a Víctor no le haría
gracia.
Entonces la vi,
parecía una araña negra enorme pero al girarse tenía cabeza de mujer que se comía lo que parecía un cachorro de gatito, lo cual me
paralizó...pero enseguida pagué un bufido. En ese momento entró Kuki por otro
lado ladrando y montada por Clara. La araña escapó de la luz del Hadita y los
ladridos de Kuki, mientras el gatito estaba medio muerto.
-Saquémoslo
de aquí. Dijo el hada.
Obviamente lo
llevaron a mi cojín…no es que lo use mucho, pero que pusieran ahí un gato medio
muerto atacado por una araña de siete cabezas no me hizo mucha gracia…pero
entre la idiota de la perra y la petarda de la polilla de colores, no me
hicieron ni caso.
-Necesitaré
ayuda Kuki. Dijo Clara.
Y la perra salió
corriendo, entonces vi bien a la cachorrita era gris, de rallas, de unos 3
meses…la edad en que me adoptaron mis humanos. Sangraba, lloraba.
-El
pobre está muy mal, el hada oscura le hizo daño.
-
Es “Ella”, para ser hada eres poco observadora. Quién es esa hada oscura y por
qué carajo hay hadas aquí.
-Para
ser una gata eres bastante habladora. Respondió Clara de manera burlona y prosiguió:
Aladrén es un
lugar mágico viene de la palabra “Aladro”. Cuando los humanos están tan en
contacto con la tierra como aquí, las puertas de la magia se abren, para bien y
para mal. A los oscuros no les gustan los niños, son humanos nuevos con la
mente abierta y que podrán descubrir la magia…intentarán asustarlos.
El lomo se me
erizó…eso de que se metan con mis cachorros y con mis humanos me hace sacar las uñas…pero entonces entró kuki con un
aspecto gracioso de árbol de navidad. Un montón de Hadas y Duendes y pequeños
dragones se pusieron alrededor de la cachorrita…brilló luz, de pronto ya no
estábamos en la casa…estábamos en medio de un camino, rodeados de árboles.
La gatita
reaccionó, y me miró con dulzura, aunque Kuki la subió a su lomo.
-
¡¡¡Ah no!!! Dije inmediatamente…no
habrá más gatos en casa, me ha costado muchísimo educar a los humanos...lo de
la arena sería un descalabro y no hay sobres suficientes y no sea que se les
ocurra llevarnos al veterinario…
-
Esta gatita tiene magia, podremos
acudir a Clara si el hada oscura aparece, hay que defender a la familia. interrumpió la perra…
-
¡Que no! Que aún recuerdo cuando
llegaste tú “saco de huesos” y aún no eres capaz de volver a casa cuando te
llaman…
Pero la perra no
es tan tonta, dejó a la cachorrita en la puerta y al llegar la humana mayor la
cogió en brazos. Di el caso por perdido…
Al menos tenemos
un acuerdo de mínimos, yo comparto la cama con los humanos adultos, Kuki con el
humano cachorro y la gata nueva (llamada “Minina”) con la niña. Si el hada oscura aparece estamos
preparados…aunque tengo que trabajar más con Minina eso de la comida y arañar
árboles y no ronronear por cualquier tontería, que aun no comprende eso de la
constancia hasta que te den lo que quieres, a los humanos hay que disciplinarlos
y cada cambio hace que se desordenen…más una gatita que persigue sombras…pero, al
menos, no es una “Polilla”.